V.J. M.J.
París, 20 de junio de 1838. Misiones Extranjeras, Rue du Bac, n.° 120.
Muy queridos Hermanos:
Acabo de pedir audiencia al Ministro de Instrución Pública. Tan pronto como la haya obtenido saldré hacia St-Pol para visitar la casa y poner-me de acuerdo con las autoridades locales. El Sr. Delebecque tiene mucho interés en que abramos esta escuela. Ofrece muchas ventajas y el éxito no ofrece dudas, pues el salario está asegurado. A mi regreso de St-Pol saldré para l’Hermitage a donde llegaré, según lo previsto, hacia el dos de julio. Pongamos siempre nuestra firme confianza en María; nos ha concedido ya demasiado para que nos niegue Io que ahora le pedimos.
Los Sres. Bati y Petit llegaron a París por la noche del viernes, 15 de este mes. Los vi entrar en mi habitación llenos de barro y con un perchero. Imaginen mi sorpresa ya que no los esperaba en absoluto. Los he acompañado al Ministerio de Cultos donde esperamos recibir mil escudos, y al Ministerio de Marina donde recibiremos, por lo menos, alguna recomendación. Sus asuntos no son como los nuestros . Acabarán mucho antes.
El Sr. Jean-Marie Ginot me prestó mil francos para acabar de pagar los objetos que usted ha recibido. Sírvanse devolvérselos a su hermano Michel si aún está por ahí .
En cuanto reciban la presente, envíe al Hno. François-Régis a Lyon para que aprenda a imprimir. Creo que el Sr. Guyot tendrá sumo gusto en hacer que le enseñen.
No pasa un solo día sin que llueva. Hoy va a llover todo el día.
He vuelto a visitar al Superior de los Hermanos de las Escuelas Cristianas; no nos hacen más que un pequeño descuento y aún éste desaparecerá en la encuadernación que será más endeble .
Acabo de presentar en la administración de los centros de sordomudos una solicitud para la admisión gratuita de dos Hermanos que, si lo consigo, tendrán alojamiento, calefacción, alimentación, lavandería, luz, etcétera, todo el tiempo necesario para su formación .
El Hno. Stanislas no me dice nada sobre la capa. Supongo que se ha olvidado. Le compraré alguna otra cosa que le gustará mucho.
Diga a todos los Hermanos cuánto pienso en ellos y con qué fuerza deseo su felicidad. Que recen por mí. No me olvido de nadie en la novena que hago ante la estatua donde San Francisco de Sales rezó con tanta eficacia .
Que los enfermos todos, a los que amo con todo mi corazón, continúen estando bien cuidados, bien alimentados. Que vuelvan con frecuencia su mirada a la que es llamada consuelo de los afligidos.
Finalmente, que los Sres. Matricon y Besson reciban muestras de gratitud por todos los servicios que prestan. Me gustaría saber qué les puede agradar, se lo compraría.
Los abrazo a todos: Hnos. Louis, Jean-Baptiste, Jean-Marie, Stanislas, Hippolyte, Jeróme, Jean-Joseph, Théophile, Pierre, Pierre-Joseph, Étienne, Bonaventure y todos sus novicios . Mis saludos a Philippe y a su esposa, al Sr. Boiron, a todos.
Tengo el honor de ser todo suyo en Jesús y María,
Champagnat.
R S. El Sr. Bati pide que no se olvide de los encargos que le hizo.
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Notas
Las correrías a través de la capital y, sobre todo, la exasperante lentitud con la que se lleva su expediente, acaban por cansar al Fundador. En la atmósfera de cansancio que se desprende de esta carta, apenas si arroja un rayo de luz la visita inesperada de sus dos Cohermanos, los Padres Bati y Petit. «El asunto» ocupa aquí poco espacio frente a las preocupaciones referentes a la vida de sus Hermanos y a la marcha del Instituto.
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Según el envío autógrafo, AFM, 11.44, publicado parcialmente en AA, p. 249.