V. J. M. J.
Notre-Dame de lHermitage, 5 de agosto de 1837.
Señor Vicario General:
Esta mañana, en el confesionario, me ha venido a la mente que los poderes estaban a punto de caducar. Después, he salido del confesionario y he consultado el papel. Mis poderes expiraron ayer, cuatro de agosto. Le ruego me los prorrogue, si lo juzga oportuno, usque ad revocationem; sería una preocupación menos. Hace ya 21 años que pido prórrogas, pero, como a usted le parezca.
Pienso hacer una toma de hábito el día de la Asunción, si usted me lo permite.
Como usted sabe, nuestros asuntos siguen marchando. Nos vemos presionados por infinidad de peticiones que, a duras penas, podemos atender.
Vamos a hacer una novena para pedir obreros, para que el campo del dueño soberano no se quede baldío. Sírvase, por favor, unir sus fervorosas oraciones a las nuestras y crea en la sinceridad del afecto con el que tengo el honor de ser, Sr. Vicario General, con profundo respeto, su muy humilde y obediente servidor,
Champagnat.
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Notas
Según el documento, AFM, 143/10, los Padres Maristas de N-D de lHermitage obtuvieron la facultad de confesar el 22 de octubre de 1830. Cada año: 4 de agosto de 1831, 16 de julio de 1832, 21 de agosto de 1833, 18 de agosto de 1834, 22 de agosto de 1835 y 4 de agosto de 1836, los poderes fueron prorrogados. Dichos poderes hubieran expirado el 4 de agosto de 1837 si antes, exactamente el 24 de septiembre de 1836, el Padre Champagnat no se hubiera convertido en Padre Marista. Efectivamente, los Padres Maristas gozaban de poderes especiales otorgados por Roma.
En este sentido, el Sr. J. Cholleton responde en el encabezamiento de la petición como acostumbraba a hacerlo: «Fíat ut petitur usque ad revocationem, para los poderes (que, por otra parte, no podían expirar el día 4 si usted ya era Marista ese día 4)».
Por lo que se refiere a la toma de hábito, como el Instituto, aún no aprobado, dependía enteramente de la autoridad diocesana, el Padre Champagnat debía pedir cada vez la autorización para dar el hábito, cosa que hacía regularmente. A este respecto, el Sr. Cholleton responde siempre en el encabezamiento de la hoja: «Fiat etiam ut petitur para la toma de hábito. Me uno a su fervorosa novena con toda mi alma. Totus tibi, semper devotissimus, Cholleton, V.G».
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Según el envío autógrafo, AFM. 113.10, publicado en Circ. I, p. 229.