Sr. Vicario General:
La escuela de Perreux, que usted tan insistentemente nos recomienda y que, en efecto y bajo todos los puntos de vista, merece nuestra atención, sólo tiene proyectos en el aire. Se habla de dos casas que, aun-que estuvieran juntas, no podrían contener ni la mitad de los niños; y no hablo del alojamiento de los Hermanos. He visto con los señores de Perreux todas las casas que pensaban poder emplear provisionalmente; no hay ninguna que pueda servir sin grandes reparaciones.
Hablemos de lo económico. Me hablan mucho de recursos, de medios, pero no me dicen nada en concreto.
Hemos adoptado y hasta regulado, la decisión de no abrir nunca una escuela con estas bases, por nosotros y por el propio interés de los municipios que nos llaman. Las prisas suponen el fracaso completo de una escuela. Acepte como buena, Sr. Vicario General, nuestra decisión de aplazar algunos meses la apertura de esta escuela, ya que no hay nada preparado, mientras tenemos un buen número de peticiones mucho más antiguas en las que todo está a punto.
Sírvase recibir el testimonio de mi justo agradecimiento por el interés que nos demuestra y créame siempre su más respetuoso y afectísimo y muy obediente servidor,
Champagnat.
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Notas
El precedente 26 de abril, el Sr. François Fleury Moine, Párroco de Perreux, escribía al Padre Champagnat para pedirle Hermanos. Insiste, con mil buenas razones, para que la escuela se abra por la fiesta de Todos los Santos. Tanta prisa y las imprecisiones en los temas materiales no eran del agrado de nuestro Fundador. La presente carta deja entender que se ha entrevistado con las autoridades civiles de Perreux, o mejor religiosas (pues al menos el Alcalde no parecía estar de acuerdo). Por una segunda carta del Sr. Párroco, 27 de agosto, sabemos que el Sr. Pinchon, su Vicario, ha pasado por l’ Hermitage a primeros de julio, pero que no parece haber aportado informaciones más precisas. Todos estos trámites justifican el retraso de esta respuesta a la carta del Sr. Cattet, fechada el 7 de mayo de 1837 y que ofrecemos a continuación:
«Mi querido Sr. Champagnat: ha debido de recibir usted una carta del bueno y venerable Párroco de Perreux, por la que pide Hermanos para dicha población. Creo mi deber decirle que se trata de una fundación promovida por la Srta. de Bretail. Será, pues, una de sus mejores escuelas en la que sus Hermanos triunfarán y donde usted podrá encontrar, mejor que en ningún otro sitio, jóvenes aspirantes para su Congregación. La Srta. de Bretail, que tantos sacrificios hace por esta excelente obra, tiene una salud muy quebrantada y hasta se teme su pronta pérdida; otras personas, que también participan en la fundación, podrían cambiar de idea. Por todo ello, le ruego que, aceptando de buen grado esta escuela, prometa Hermanos para el próximo Todos los Santos. Me intereso por este asunto pensando tan sólo en las necesidades de Perreux que, desde hace doce años, me ha preocupado mucho para dotarle de una buena escuela de niños. Dicho entre nosotros, mi querido Sr. Champagnat, el Párroco de Perreux, que es el mejor hombre del mundo, no sabe desenvolverse. Tendrá, pues, que ir usted personalmente para escoger la casa y arreglarlo todo con el fin de activar y regularizar una obra deseada desde hace tanto tiempo.
Soy muy cordialmente, mi querido Sr. Champagnat, vuestro afectísimo, Cattet, V.G.
P. S. Le invito a contestar antes, favorablemente, al Sr. Párroco de Perreux».
Después de esta carta y de la del Sr. Párroco, M. Champagnat puso todo en marcha para poder acceder a la petición; pero se dio cuenta de que las condiciones eran tan precarias que, en interés mismo de la obra, hacía falta más tiempo de preparación antes de lanzarse. En el mismo sentido escribirá al Sr. Párroco, el 9 de agosto siguiente, lo que nos lleva a suponer que las dos cartas no pueden ir muy separadas en el tiempo. Como el registro indica julio, habrá que situarla al final de dicho mes.
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Segun la minuta, AFM, RCLA 1, p. 48-49, n. ° 45.